He aquí algunas actividades para que los escolares se conviertan en promotores de la lectura:

En casa: Con la familia y amigos

  1. Organizar «Citas con un libro»
    En casa, los escolares pueden envolver libros en papel de regalo y escribir pistas sobre su contenido sin revelar el título. Invitan a sus padres y hermanos a elegir un «libro sorpresa» para leer juntos.
  2. Crear un «Reto de lectura en familia»
    Pueden diseñar desafíos como: leer un libro en voz alta durante 10 minutos al día, representar una escena de una historia o leer en un lugar poco común (bajo la mesa, en el jardín, con una linterna en la oscuridad, etc.).
  3. Convertirse en “Detectives de historias”
    Los escolares pueden investigar datos curiosos sobre autores, personajes o ambientaciones de los libros que leen y compartirlos en reuniones familiares.
  4. Hacer un «trueque literario»
    Pueden intercambiar libros con sus padres, amigos o vecinos y escribir pequeñas reseñas sobre cada libro leído.

En el colegio: Para motivar a sus compañeros

  1. Organizar “Batallas de libros”
    Se forman equipos y cada uno defiende su libro favorito explicando por qué es el mejor. Gana el equipo que logre convencer a más compañeros de leer su libro.
  2. Crear un club de lectura express
    En el recreo o después de clases, los escolares pueden reunirse para leer fragmentos de historias interesantes y comentarlas brevemente.
  3. Convertirse en «Embajadores de la lectura»
    Cada estudiante elige un libro para recomendar y durante la semana tiene que lograr que al menos dos compañeros se interesen en él.
  4. Organizar un “Flashmob literario”
    Un grupo de estudiantes puede sorprender a la escuela recitando o actuando una escena de un libro en medio del patio o la fila matutina.
  5. Elaborar “Podcast de lectura”
    Con ayuda de un celular o una computadora, pueden grabar breves audios recomendando libros y compartirlos en las redes sociales del colegio.

En la biblioteca: Para atraer a más lectores

  1. Transformar la biblioteca en una “Sala de escape literaria”
    Se crean acertijos basados en libros, y los participantes deben resolverlos para encontrar un “tesoro literario”.
  2. Hacer una “Biblioteca viviente”
    En lugar de libros, los mismos estudiantes cuentan historias reales o de ficción, como si fueran “libros hablantes” que comparten su historia con otros.
  3. Crear un “Muro de lecturas compartidas”
    En la biblioteca se instala un tablón donde los estudiantes pegan comentarios, frases impactantes o dibujos inspirados en sus lecturas favoritas.
  4. Organizar un “Pasaporte lector”
    Cada vez que un estudiante lea un libro de la biblioteca, se le sella su “pasaporte” con una insignia especial. Al completar cierta cantidad de lecturas, recibe un reconocimiento.
  5. Realizar un “Concurso de BookTubers”
    Los escolares graban videos breves recomendando libros y los mejores se proyectan en la biblioteca o se publican en redes.

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